Ese mismo curso, creo recordar, que no nos hicimos demasiado amigos... pero pasó el tiempo y la cosa cambió, y de ser un compañero más, pasó a ser una persona muy importante en mi vida. Compartíamos juegos, risas, hasta pensamientos...
La vida nos separó. Él cambió de ciudad, y yo seguí en Madrid. Cada uno hizo su vida, no sin dejar de llamarnos al menos 2 veces al año.
La última vez que le vi fue este verano. Quedamos para vernos y conocí allí a su novia Laura. Ese día estuvieron comentando sus planes de irse un año a Méjico. Yo no comprendía cómo se atrevían a liarse la manta a la cabeza, dejar su trabajo, su piso de alquiler, su familia, para irse a tantos kilómetros de distancia, sin nada más que con su propia entrega, a cambio de ¿nada?.
Ahora sí lo entiendo.
Sigo cada día lunaticox, el espacio donde cuentan de una manera exquisita sus experiencias vitales. Transmiten sensaciones que pienso no viviré nunca, y me siento muy orgullosa de él y del link que tengo suyo entre mis blog favoritos. (que me perdonen porque también tengo uno de gran hermano)
Este artículo del periódico PÚBLICO es sobre ellos dos.
Sabes que te quiero.
Cuidaos mucho.
3 comentarios:
Si es que Gran Hermano mola! =)
Saludetes
Muy bien por ellos !!:)
No es para menos que te sientas orgullosa por tener cerca a personas de tanto valor humano. Cada persona en el mundo venimos a cumplir un rol, ellos son felices de ese modo y además ayudan a personas desfavorecidas injustamente.
Deseo que todo les vaya muy bien y que puedan cumplir sus sueños uno a uno.
Un besito enorme!
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